El partido Ciudadanos, que en las encuestas de la primavera de 2018 llegó a estar en primera posición en intención de voto en España, justo antes de la moción de censura que aupó a Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno, atraviesa por el peor momento de su historia. Castigado en las urnas madrileñas el pasado 4 de mayo tras su alocada moción de censura en Murcia, muchos se preguntan ahora si su existencia tiene sentido.
Y el problema es que Cs ya no depende de sí mismo, sino de cómo se comporte el Partido Popular y, sobre todo, de qué consideren los votantes que es lo mejor para España, pues ya han comprobado en el caso de Madrid que concentrando el voto en torno a los populares se puede derrotar a Sánchez, y eso ahora mismo se ha convertido en una prioridad para miles de personas que, aún no siendo del PP, están dispuestas a votar su lista con tal de asestar un duro golpe al presidente del Gobierno.
Como todos los análisis electorales han demostrado, Isabel Díaz Ayuso arrasó en las elecciones del 4-M porque le votaron hasta los socialistas desencantados. Es decir, el PP ha conquistado el centro político, arrasando con el espacio que ocupaba Cs y atrayendo a votantes por su flanco izquierdo. En la medida en que el PP sepa conservar ese lugar, será muy difícil que otro partido se lo arrebate, sobre todo si hay una expectativa real de victoria en unas próximas elecciones.
Dicho lo cual, los militantes y dirigentes de Cs tienen todo el derecho del mundo a seguir defendiendo la existencia de su partido. Nunca estará de más una formación de centro en España, pero quizás su tamaño nunca volverá a ser lo que fue y quedará, allí donde sobreviva, como mera bisagra para facilitar gobiernos a uno y otro lado.
Ni una dimisión
Como es obvio, la única vía para evitar la desaparición de Cs pasa por una revolución, pero ahora mismo no parece que la vaya a haber. En dos meses el partido ha sido arrasado en Cataluña y Madrid, dos de sus feudos más importantes, y sus dirigentes no se han dado por aludidos. La respuesta que ofrecieron tras conocer los datos del 4-M fue un despropósito: «El resultado es malo para Madrid y para España», vinieron a decir, ergo los madrileños se han equivocado.
Cuando se han celebrado las elecciones autonómicas con mayor participación de la historia y resulta que no te ha votado ni el tato, el problema no lo tienen los madrileños, lo tienes tú. Decirle a la gente que ha votado mal es no querer darse cuenta de la realidad: lo que tú ofrecías no les ha interesado. Por tanto, si alguna vez quieres llegar a vender un peine, será mejor que tomes nota.
Le han echado la culpa a los votantes y, encima, no ha habido ninguna dimisión. Todo en orden, gracias. Es decir, han pasado de 26 escaños a 0 y han perdido medio millón de votos… y actúan como si aquí no hubiera pasado nada. ¿Pero en qué mundo viven? De hecho, lo que hicieron al día siguiente de las elecciones fue anunciar el ascenso dentro del partido de su candidato en estos comicios, Edmundo Bal. Y es verdad que es de lo mejor que tienen, pero resulta un insulto a los votantes responder al resultado electoral premiando al derrotado.
Inés Arrimadas, actual líder del partido y responsable directa del desaguisado, debería darse cuenta de que no puede continuar ni un minuto más ahí. Por muchas que sean sus virtudes y por muy joven que siga siendo, hay momentos en la vida en que te tienes que ir a tu casa. Su antecesor, Albert Rivera, lo entendió a la primera y tuvo la valentía de hacerlo. La única manera de salvar el barco es dando un paso atrás y dejar que un nuevo líder, con otro equipo, intente reconducir la situación. Porque, a pesar de la huida constante de altos cargos al PP, en Cs sigue habiendo vida inteligente, por supuesto. En Bruselas, por ejemplo, cualquiera de sus eurodiputados podría valer para iniciar esa travesía por el desierto.
[Artículo publicado el lunes 10 de mayo a las 00.42 horas]
Los dos partidos q intención de voto (C’s y Podemos) podían haber ganado, ambos en horas bajas. Sobre todo C’s. Se necesita un partido bisagra de centro entre psoe y pp urgentemente. C’s podría ser con nuevos dirigentes al frente. La, Sra Arrimadas está amortizada. Espero q alguien de un paso al frente.
C’s tiene un problema de ceguera voluntaria que es la peor clase de ceguera. Hasta que entiendan que para el 90% de su potencial electorado alcanzar acuerdos con Sánchez y lo que representa es una línea roja que no están dispuestos a asumir no habrán entendido nada. Nada. Y cuidado esto no es lo mismo que llegar a acuerdos con el PSOE, pero es que ahora mismo el PSOE no existe. Ha sido laminado por un tipo sin escrúpulos que se sirve de su cascarón para alcanzar la gloria personal. Mientras no entiendan que el problema es Sánchez seguirán perdiendo votos a favor del PP.