El Partido Socialista se ha convertido en el partido clave a la hora de formar el próximo Gobierno de España y su líder, Pedro Sánchez, tiene la llave de eso que llamamos gobernabilidad.
Sánchez tiene tres posibles opciones sobre la mesa:
1.- Dejar que gobierne el Partido Popular. Aquí hay a su vez dos opciones. La primera sería que el PSOE se abstuviera en la segunda votación de la investidura de Rajoy (o de otro candidato) y, con ello, se formaría un Gobierno minoritario del PP de muy difícil futuro. Recordemos que la única opción de que el PP pueda seguir gobernando es que el PSOE al menos se abstenga. La segunda opción supondría la participación activa del PSOE en algún tipo de acuerdo transversal (¿incluyendo también a Ciudadanos?) para dotar de estabilidad al país y acometer las reformas institucionales necesarias.
2.- Intentar un frente de izquierdas. Si opta por esta solución, Sánchez tendría que votar en contra del candidato del PP y, a continuación, buscar los apoyos del resto de grupos parlamentarios para sumar más votos a favor que en contra, lo cual sería sumamente difícil y pasaría por intentar convencer a algunos partidos nacionalistas para que al menos se abstuvieran en la votación.
3.- Volver a las urnas. La tercera opción para Sánchez supondría descartar las dos primeras y provocar, con ello, la convocatoria irremediable de nuevas elecciones ante la imposibilidad de aprobar un Gobierno.
¿Qué opción elegirá Sánchez?
a.- Si lo que busca es sobrevivir políticamente, la más probable es la 2, puesto que con ella se convertiría en presidente del Gobierno y salvaría su pellejo, al menos durante unos meses.
b.- Si Sánchez piensa en el interés general y en la estabilidad del país, lo más probable es que se decante (o le obliguen a decantarse sus mayores) por la opción 1.
c.- Si, por el contrario, antepone los intereses de su partido a los suyos personales y a los generales del país, lo más probable es que acabe eligiendo la opción 3, porque parece muy complicado que el PSOE pueda salir vivo de las opciones 1 y 2.
¿Qué acabará pasando?
Ahora mismo nadie sabe nada, pero está claro que el PP intentará formar gobierno. Y una parte del PSOE, sobre todo la que ha ganado las elecciones en Andalucía y Extremadura, intentará que Sánchez busque un pacto con el PP antes que sumergirse en terrenos insondables de la mano de Podemos. La amenaza de la secesión catalana serviría de excusa para justificar una alianza nacional de corte transversal y, quizás, sin el liderazgo de Rajoy. Veremos.
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