ESPAÑA EN 2015

Publicada el


El año 2015 se presenta apasionante en España. Después de una crisis económica de siete largos años, el país se apresta a vivir una temporada plagada de grandes hitos que, casi con toda probabilidad, acabarán configurando una España completamente nueva.


Para entender lo que sucederá en 2015 hay que tener presente lo que ha pasado en 2014, año en que, a priori, no se esperaban grandes cambios pero que, contra todo pronóstico, ha supuesto un antes y un después en la historia reciente del país. El origen de todo hay que situarlo en el 25 de mayo, día de las elecciones europeas, cuando un movimiento ciudadano surgido de los rescoldos del 15-M (Podemos) consiguió cinco de los 54 escaños que estaban en juego y, lo que quizás fue más importante, la suma de los votos del Partido Popular y del Partido Socialista ni siquiera alcanzó el 50% de los sufragios, algo que no pasaba en unas elecciones desde 1979.

Los comicios europeos siempre se han considerado en España una cita de segunda categoría, pero conforme pasa el tiempo parece más claro que la historia reservará un apartado especial al 25 de mayo de 2014, pues desde ese día se han producido una serie de acontecimientos que han dado lugar al relevo de los principales líderes del país. El rey Juan Carlos y el jefe de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, fueron los dos primeros en dar un paso atrás, pero tras el verano se animaron otros como el coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara, o el secretario general del sindicato UGT, Cándido Méndez. Poco a poco, el país ha asistido a un proceso de renovación de caras que también ha afectado, aunque por diferentes motivos, a empresas tan importantes como el Banco Santander o El Corte Inglés e incluso a la Conferencia Episcopal.

Todos esos relevos son la prueba, y probablemente también la consecuencia, de los enormes cambios de fondo que se están produciendo en la sociedad española. Después de 36 años de democracia, algunos mecanismos del sistema se han demostrado anticuados, de ahí que un número creciente de ciudadanos considere que ha llegado el momento de hacer ajustes. Solo así se explica que las encuestas de intención de voto publicadas a finales de 2014 ya coloquen a Podemos, partido que aboga por hacer tabla rasa, por encima de PP y PSOE.

Por tanto, 2015 servirá para determinar si ese movimiento tectónico acaba tragándose a los principales cargos públicos del país, pues se prevén elecciones en las tres grandes esferas que configuran el Estado: ayuntamientos, comunidades autónomas y cortes generales. El 24 de mayo se celebrarán comicios en todos los municipios y en todas las regiones excepto País Vasco, Galicia, Andalucía y Cataluña. Por su parte, las elecciones generales deberían celebrarse a finales de noviembre, pero la ley permite cierta flexibilidad y el presidente del Gobierno podría estirar su mandato hasta las primeras semanas de 2016.

Dada la incertidumbre política en la que vive el país, apuntalada cada día por nuevos escándalos de corrupción, es muy complicado hacer un pronóstico sobre los resultados electorales de 2015. Lo que sí que parece ya muy difícil de evitar es que se fracture el tradicional bipartidismo de PP y PSOE y que entren en escena con fuerza otras formaciones con espíritu reformista. La duda está en saber de qué magnitud será el terremoto y si la tendencia que ahora mismo reflejan las encuestas es flor de un día o el inicio de un cambio definitivo.

De momento, los sociólogos no acaban de ver claro un vuelco tan aparatoso del voto de los españoles por cuatro razones. Primero, porque los sondeos demuestran que hay un gran porcentaje de voto oculto: uno de cada tres votantes del PP en 2011 no se atreve a reconocer ahora que sí lo apoyaron, y muchos de ellos es probable que vuelvan a hacerlo en 2015 por pura coherencia con sus ideas. En segundo lugar, el auge de Podemos en la intención de voto ha coincidido con un periodo especialmente convulso en cuanto a los escándalos de corrupción y, en la medida en que la cosa se sosiegue, el voto del cabreo podría ir moderándose. En tercer lugar, Podemos tendrá que ir presentando su alternativa y sus candidatos en los próximos meses, y no es descartable que aparezcan situaciones complicadas y sus primeros errores, pues habrá mucha gente interesada en desestabilizar a la formación de moda. Y, finalmente, tampoco conviene olvidar que PP y PSOE también juegan y, por tanto, que se verán obligados a adaptar sus propuestas electorales a los nuevos tiempos si no quieren verse arrollados en las urnas. ¿Repetirá Mariano Rajoy como candidato del PP a pesar de todo lo que está sucediendo?

Lo más probable a día de hoy es que tanto PP como PSOE pierdan parte de sus tradicionales apoyos en favor de Podemos. Y la clave fundamental es si la formación liderada por Pablo Iglesias logrará adelantar al PSOE, porque eso le daría la posición hegemónica de la izquierda y la posibilidad de liderar una alternativa real de Gobierno. Si no lo logra, tendrá que elegir entre apoyar al PSOE o dejar que el PP siga gobernando. Y las mismas cuentas valen, poco más menos, tanto para el Ejecutivo central como para los principales ayuntamientos y comunidades autónomas. Por tanto, todo hace indicar que en 2015 el bipartidismo llegará a su fin y, con él, quedará atrás la etapa de las mayorías absolutas y llegará la época de los grandes pactos, que solo podrán ser de dos tipos: o en forma de gran coalición PP-PSOE, todavía inédita en España, o de todas las fuerzas de izquierda.

Si además se añade el asunto catalán, que vivirá en 2015 un nuevo capítulo en su larga travesía hacia la independencia y donde tampoco se descarta la celebración de elecciones autonómicas de carácter plebiscitario, el cóctel resultante parece digno de una novela de suspense. El problema es que para saber cómo acaba tendremos que esperar hasta el último minuto de 2015.


[Artículo publicado el 19 de diciembre de 2014 en el suplemento especial El mundo en 2015, realizado por los semanarios The Economist y Tiempo]

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *