El futuro de la prensa escrita

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La aparición de Internet ha convulsionado la industria de los medios porque estos han perdido el monopolio del control de la información. La tecnología ha democratizado la generación de contenido, pero eso no quiere decir que las nuevas comunidades online (redes sociales, blogs, foros, confidenciales, boletines…) vayan a sustituir a los medios de comunicación, más bien deberían ser complementarios. ¿Por qué? Porque los medios son especialistas en la creación de contenidos y, en la medida en que se esfuercen por cuidar su producto, difícilmente podrán ser sustituidos.

Los medios de comunicación basan su negocio en la necesidad que tiene todo ser humano de estar informado sobre lo que acontece a su alrededor. La aparición de Internet ha facilitado la forma de saciar esa necesidad porque ha multiplicado el número de fuentes de información disponibles. Sin embargo, esa economía de la abundancia en la que nos encontramos gracias al entorno digital, que permite una oferta infinita de información, hace más necesaria que nunca la actividad de los medios como expertos en poner en orden entre tanto maremágnum. En una sociedad en la que el tiempo es uno de los bienes más preciados siguen siendo necesarias plataformas en las que se cuente de manera rápida, clara y fiable lo que está pasando.

Obviamente, esas plataformas pueden ser creadas por cualquiera, no necesariamente por los medios tradicionales, pero, sin embargo, estos parten con ventaja porque cuentan con la experiencia, la infraestructura y el know how necesarios, además de gozar de cierta reputación social como suministradores de información. Asimismo, no conviene olvidar que la información sigue siendo cara: para conseguir buena información hacen falta tiempo y dinero, por eso son necesarias empresas que tengan el músculo financiero suficiente para lograrla. Es verdad que cualquier ciudadano desde su casa puede escribir un blog maravilloso sobre el tsunami de Japón, pero al final lo que la gente quiere/necesita es que alguien se lo cuente sobre el terreno y a ser posible en su mismo idioma… y eso solo se lo pueden permitir los medios tradicionales.

Así pues, en la medida en que los medios sepan aprovechar las nuevas tecnologías en su beneficio, centrarse en la calidad de los contenidos y explotar su fiabilidad frente a fuentes de información alternativas y no siempre rigurosas, podrán convivir con las comunidades online. Eso sí, deben entender de una vez por todas que el soporte es irrelevante: lo esencial es el contenido (venden información, no hojas de papel), que además debe ser mixto en un mundo digital (texto, audio, vídeo…) y que nos aboca a la desaparición de la tradicional división de los medios entre prensa escrita, radio y televisión. Cualquier medio debe ser capaz de ofrecer información en todos los soportes, de hacer una explotación multiplataforma de sus contenidos.
Una prueba de que los medios no deberían sucumbir ante las comunidades online es lo que ocurre actualmente en las redes sociales, donde la mayoría de links que intercambian sus usuarios tienen que ver con artículos aparecidos en la prensa y donde buena parte de los comentarios que se hacen están relacionados con noticias o programas aparecidos en los medios tradicionales. Es decir, pese a todo, los medios siguen marcando la agenda de la actualidad.

Ahora bien, los medios todavía tienen que resolver el problema de cómo rentabilizar su negocio una vez que se agote el modelo basado en el papel. ¿Bastará con los ingresos obtenidos por publicidad en un mundo como el digital donde predomina el gratis total? ¿Habrá que buscar fórmulas imaginativas para que los lectores paguen algo por obtener buena información?

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