La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, acaba de anunciar que el Ejecutivo da por concluido su paquete de reformas dos años después de ganar las elecciones. Según se indica desde el Gobierno, la época de los sacrificios ha concluido, y ahora simplemente hay que esperar a recoger los frutos conforme se recupere poco a poco la actividad económica.
Craso error. Es verdad que el Gobierno ha tomado algunas medidas durante los últimos meses, sobre todo en lo concerniente al sector financiero y al mercado laboral, pero todos los datos apuntan a que eso no es suficiente para reanimar un país que tiene 5.904.700 parados, según los datos del Instituto Nacional de Estadística.
La última demostración de que el Ejecutivo no está ocupándose de lo verdaderamente importante ha llegado hace unos días desde el Banco Mundial, institución multilateral que cada año suele publicar un informe en el que analiza las facilidades para hacer negocios en los 189 países del planeta.
Ese informe, titulado Doing Business, coloca a España en el puesto 52, por detrás de la inmensa mayoría de países europeos y de otros no tan desarrollados como Armenia o Túnez. Y el problema no es tanto esa posición, sino que hace un año estábamos en el puesto 44, es decir, España ha retrocedido a la hora de facilitar la actividad económica.
Esa clasificación surge después de tomar en consideración factores como las facilidades para acceder al crédito, los permisos de construcción, las trabas para el pago de impuestos y las dificultades encontradas para crear una empresa. Y es precisamente este último punto el más bochornoso para España: según el Banco Mundial, nuestro país ocupa el puesto 142 de 189 países en la clasificación que mide las facilidades para crear una empresa.
Han leído bien, en el mundo hay 141 países donde es más fácil que en España crear una empresa. Aquí se necesitan todavía hoy diez trámites administrativos y una media de 23 días.
¿Se puede permitir semejante vergüenza un país que necesita urgentemente crear empleo? Me temo que no, pero el Gobierno parece que todavía no se ha enterado o no quiere enterarse.
En un país con 5.904.700 parados, lo normal hubiera sido que, tras salir publicado ese informe, el presidente del Gobierno convocara de forma inmediata a su Consejo de Ministros y que éste estuviera reunido todas las horas que fueran necesarias para aprobar medidas que permitieran mejorar en ese ránking.
Sacar a esa gente del paro debería ser la prioridad número uno del Ejecutivo, y la única forma conocida para lograrlo es que se creen empresas. Y, para conseguirlo, el Gobierno lo tiene muy fácil. Basta con copiar. Copiar lo que hacen en los 141 países que están por encima de nosotros.
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